El noveno año (2017), guiño a la constancia

En los antecedentes respecto al inicio de producción que había tenido a mi alcance, principalmente europeos, se hacía mención que una trufera comenzaba a producir en general al octavo año, incluso algunas a contar de los doce. En Chile, aunque aún con pocas truferas al año 2017, hubo algunas que comenzaron a los cuatro o cinco años, lo que posicionaba mi trufera más bien en la línea de espera más extensa, pero también quedaba la sensación que el proyecto podía no ser muy exitoso dado que la producción era bastante baja.

El desarrollo de las plantas y maleza seguía demandando bastante intervención y mano de obra. Este año, era el tercer año que se realizaba el mismo itinerario cultural que fue estructurado por la experiencia obtenida en los cursos realizados, visitas de expertos extranjeros y se agregó el resultado de la cosecha 2017, que alcanzó los 3kilos/hectárea, doblando la producción del año anterior. Esto indicaba que hubo cierto “despegue” de la trufera, dando confianza que era el camino correcto. Pero faltaba mucho para satisfacer los estándares conocidos en una buena trufera, principalmente los resultados que estaban logrando los australianos.

Control manual maleza en primavera
Control mecanizado de maleza

Un aspecto notorio de las trufas cosechadas era su color y forma globosa, características que son valoradas por el mercado. Esto era principalmente a consecuencia del trumao y la estructura del terreno logrado con los años de intervención meticulosa en el quemado.

Cosecha en julio
“Harry” era el cazador de trufas (Agrobiotruf)
Labor de suelo en Septiembre

Este año también tomé una costosa y difícil decisión, dejar de trabajar los Q. Robur, plantas que eran muy complicado manejar y productivamente era baja con respecto a los Ilex. La demanda de mano de obra era excesiva y el retorno a la fecha era prácticamente nulo, tenía que focalizar el esfuerzo en la trufera con Ilex con mayor expectativas económicas.

Nueve años es un tiempo largo para cualquier cultivo, pero la truficultura es un proyecto a largo plazo y en consecuencia la paciencia es fundamental, porque el inicio de las cosechas y luego lograr una producción comercial, puede tomar bastantes años más de lo esperado. Esta diferencia radica en el tiempo que por las características propias del conjunto productivo planta/suelo, se alcanza el acondicionamiento necesario para que la trufa fructifique y se expanda. Se podría decir el tiempo que toma “domesticar” la trufera. En este caso particular, había tomado más tiempo de lo proyectado inicialmente y el potencial de la trufera era aún totalmente desconocido, más bien dudoso.

TerraTruf