El cultivo de trufas tiene mucho de ilusión. El comienzo es gratificante, desde que los primeros antecedentes sobre la trufa empiezan a germinar en la mente y llama a interiorizarse más sobre este enigmático, atractivo y diferenciador cultivo. Parten los contactos, los cálculos y como saber más. En definitiva, evaluar si es factible llevar a cabo un proyecto trufero en el país. Si el terreno ya está y éste está ubicado entre la región Metropolitana y los Ríos, hay un aspecto favorable para seguir. Si es una aventura personal, independiente, difícilmente tendrá éxito, hay asuntos importantes que requieren el aporte de otros, particularmente de un profesional con experiencia en truficultura y un vivero especializado en plantas inoculadas con trufa de reconocida calidad. En Chile estos son muy escasos, al que conozco su trayectoria es Agrobiotruf.
Avanzando en este proyecto, para otros un sueño haciéndose realidad, se establece la plantación trufera con una gran satisfacción. Pero por delante está el gran desafío que tiene el cultivo de trufas, es la incertidumbre. Años de espera para los primeros frutos, que no se ven, siempre desarrollándose bajo tierra. No es solo el árbol, también se trata de un hongo microscópico que después de algunos años, puede alcanzar su madurez reproductiva. Y parte la travesía……..
No hay reglas fijas, se ve el árbol, pero nada de la Tuber. Hay análisis de micorrizas que dan ciertos indicios como va el cultivo, pero es escaso en términos de tener más pruebas. Hay que depositar la confianza en que la adecuación agronómica que se realiza en la trufera sea la apropiada a las condiciones propias y particulares de la plantación. En los primeros años, tres a cuatro, las preocupaciones están más bien en lo que se ve, consecuencia de la lógica agrícola. Que el árbol se vea bien, el suelo limpio y apropiado para trufas y riego según crece la trufera, sin desmerecer la atención en las plagas insectiles que pueden comenzar a llegar. Pero como bajo tierra no se puede ver y los años pasan, aparece el nerviosismo. El único calmante es el análisis de micorrizas.
Trufera a los 4 años. Visita de mis amigos truficultores Patricia Schneider,
su esposo Enrique Rawlin junto a mi esposa Siegrid.
Es cierto que cuando aparece la primera trufa, es una alegría triunfal, la esperanza gana terreno, pero la travesía sigue y es en este periodo donde empieza en algunos casos el desencanto al no repuntar los resultados con la rapidez que se esperaban, pero en otros, después de algunos años aparecen signos prometedores. Estos últimos son a consecuencia de un trabajo acertado y pausado, mientras que el desencanto se produce normalmente por un manejo o gestión desentendida de los detalles, inoportuna en lo que se debe intervenir. Sin embargo, la truficultura, entrega oportunidades, y a pesar de los atrasos, la trufa siempre está en una fase de resistencia, esperando su oportunidad para fructificar. Es así, que cuando las condiciones pasan a ser apropiadas con un suelo estructurado, correcto químicamente y atendido según el ciclo biológico de la trufa, empiezan los resultados, aunque sea una espera más prolongada, incluso acercándose a la década.
Cuando comienza la etapa productiva de crecimiento, la inquietud que emerge es mantener la tendencia alcista hasta el potencial de la trufera. No son solo kilos, también la categoría de las trufas que se cosechan. Es por esto que en la etapa productiva las preocupaciones radican en el aumento de las cosechas pero a la vez que éstas sean de las más valoradas por el mercado, es decir, de las categorías de trufas más altas. Es un juego anual, donde se ajustan ciertos parámetros y acciones, para esperar casi un año poder observar si dieron resultados, no hay evidencia visual durante este tiempo.
Trufera a los 15 años (2023)
El cultivo de trufas es de largo aliento, hay que tener aguante, con una constante perseveración para lograr el éxito. Y en cuanto a la frustración, está dada en parte por la incapacidad de mantener adecuadamente una trufera y en parte por una desatención en los detalles. En algunos casos, definitivamente fracaso por haber adquirido plantas mal micorrizadas que nunca darían trufas. Es esencial la calificación de la procedencia de las plantas e indudablemente en Chile, hay que asesorarse antes y durante el desarrollo de la plantación trufera.