El cultivo de trufas requiere un “acomodo” al lugar donde se encuentra la plantación y también a la gestión agronómica que va mutando con el tiempo hasta encontrar la estabilidad que la trufa necesita para asentarse definitivamente al sitio. Estas modificaciones tienen respuesta años después, generalmente a dos o más años, y así, los ajustes continúan esperando por los resultados. Este proceso toma años, de prueba y resultado, para llegar a alcanzar la producción comercial, aquella que da los resultados económicos que permitan sostener el cultivo y otorgue ganancias.
Se pueden encontrar las primeras trufas incluso a contar de los 3 años, pero distinto es lograr que la trufera produzca trufas en un gran porcentaje de sus árboles y que éstas sean comercialmente apropiadas. Esto puede tomar años, años que lo da la paciencia y perseverancia.
La espera larga, tienta a languidecer el ímpetu inicial de un proyecto trufero y más aún si el tiempo es mayor al pronosticado inicialmente. Por lo anterior, es prudente saber que la truficultura toma tiempo, entre unos 10 y 14 años. Y tomando palabras del profesor e investigador español Carlos Colinas, “si es antes, mejor”.
En Chile se han dado algunos casos, pocos, donde antes de los 10 años ha tenido resultados relevantes, siendo lo más común que sea después.