El perro es parte esencial del equipo trufero, sus cualidades son insustituibles. Capacidad para ser entrenado, obediencia y olfato. Quizás es más fácil entender el papel que juega un perro trufero al hacer un símil con los perros que son parte de las unidades antidrogas. En definitiva son sabuesos que buscan, detectan e indican donde está su presa, en nuestro caso la trufa bajo tierra.
Existe además un entendimiento y necesidad mutua entre el perro y el truficultor, similar relación tiene el árbol y la trufa, se da una simbiosis entre ambos.
La experiencia práctica indica que el perro trufero no está determinada tanto por su raza, sino por ciertas consideraciones que el perro debe cumplir. Adaptado a trabajar en invierno, caminar bastante, no distraerse y ser obediente. La rusticidad del perro es una buena cualidad.
Un perro trufero alcanza una condición óptima como “cazador de trufas” a contar de la tercera temporada de cosechas, al menos eso indica la experiencia propia y en general información sobre truficultura. En todo caso, se dice, y con cierta razón, que la raza Lagotto Romagnolo destaca entre los perros truferos; buenos comentarios también de los Labradores, Kelpie australiano y en Chile, el Border Collie y Fox Terrier.