Una vez las plantas sobreviven al estrés del trasplante y se establecen en su ambiente, comienza el tercer año que hace volver la mirada hacia adelante, enfrentando la etapa que viene, las primeras trufas. Pero esto trae consigo la inquietud de saber como va desarrollándose la micorriza de la trufa T, melanosporum y el poblamiento del micelio, que daría paso a las primeras trufas entre los 4 y 6 años. Había inquietud si labores en calidad y oportunidad fueron bien hechas y en consecuencia, tener la esperanza que la primera cosecha sea lo antes posible, así, la incertidumbre va dando paso a la certeza que la trufera va por buen camino. Sin embargo, la entrada en producción, que es mínima en su inicio, puede tardar más de lo esperado y postergarse a los 6 o 7 años.
Las plantas estaban bien, el análisis de micorrizas apropiado, pero el pH aún un punto bajo lo requerido. Comenzaba también a ser dificultoso el control de malezas, toda vez que el uso de herbicidas es desaconsejado y queda solo una estrategia de control mecánico.
En el caso particular de esta trufera, el alto vigor de las plantas a causa de la fertilidad del suelo y del riego, también empezó a plantear un desafío en cuanto al manejo de la poda.
