Encrucijada y desafíos de la trufera en su etapa juvenil.

A los dos años del establecimiento de la trufera (2010) aparecen los primeros síntomas de incertidumbre y en consecuencia los desafíos en el desarrollo del cultivo. Experiencia chilena no había, la opacidad propia del cultivo era manifiesta y la incertidumbre del avance de la trufa es una constante en truficultura, un hongo que se desarrolla bajo tierra y su manejo es prácticamente orgánico.

La adecuación chilena del cultivo iba a la par con la experimentación y sus resultados aún no eran evidentes, no sabíamos si lo que hacíamos estaba bien. Aparecieron temas como el vigor de las plantas, exuberancia de la maleza, compactación del suelo, gestión de riego e incorporación de enmiendas/correctores, todos ellos con incertidumbre de que era lo correcto hacer. Había que resolver y diseñar técnicas e itinerario cultural propio para la trufera con una condición edafológica particular y medirlo con el análisis de micorrizas, toda vez que aún la trufera era improductiva.

Los temas nombrados al año indicado (2010 y 2 años de la trufera), pasaron a ser la base temática del cultivo y de los cuales había que resolver cómo ajustar las prácticas habituales para que la trufera diera sus primeras trufas entre los 5 y 8 años.

Poda de formación
Muestras de raíces para análisis micorrizas

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