La plantación consideró dos variedades de plantas, encina española (Quercus Ilex) y encino (Quercus Robur), 50% de cada una. Ante la falta de antecedentes y resultados concretos en Chile, se optó por dos variedades.
El primer año era la sobrevivencia de las plantas, riego y control de malezas. Asimismo, comenzó el control de los parámetros químicos, principalmente el pH.