La principal propiedad de la trufa negra es su Aroma. Al mismo tiempo, la más compleja y difícil de describir, quedando mucho según lo que percibe cada persona. Naturalmente, la trufa en tierra y en una mesa tienen matices, ya que en la primera, los trazos de humedad y tierra son evidentes, y en un plato, el abanico se expande y queda a las sensaciones individuales.
La trufa tiene un aroma único, a trufa, y para distinguir sus propiedades, hay que conocerla y probarla. Sin embargo, me pareció bastante apropiado una descripción del aroma de la trufa que hace una empresa española dedicada a la trufa “Manjares de la Tierra”, que dice:
“Sus matices sensoriales son variables según el terreno en el que se desarrolle. Se detectan aromáticamente matices aromáticos como azufres, fermentos, mantequillas, aromas térreos, vegetales y matices a caramelo y fruta”.